Hola soy SandraAH!

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Comencé como publicista, convencida de que una buena idea podía cambiar el mundo. Y quizás fue esa misma certeza la que, con el tiempo, me llevó a cuestionarme profundamente, a mirar hacia adentro y a descubrir que el cambio más potente comienza en el cuerpo.hacia adentro y a descubrir que el cambio más potente comienza en el cuerpo.

Todo dio un giro cuando, en búsqueda de algo nuevo, abrimos una tienda de juguetes para adultos con mi amiga del alma —mi hermana de propósito—.

Lo que comenzó como una aventura divertida se transformó en una revelación. Descubrimos cuánta desinformación, vergüenza y silencio seguía existiendo alrededor de la sexualidad… empezando por nosotras mismas.

Entonces decidimos hablar. Hablar de placer, de límites, de consentimiento, de deseo.
Usábamos los juguetes como una excusa para abrir conversaciones profundas, romper tabúes y llevar la sexualidad a todos los rincones: empresas, universidades, colegios… cualquier espacio dispuesto a escuchar. Incluso creamos una fundación dedicada a la educación sexual integral.

En el camino fui comprendiendo que, aunque había vivido una vida “sexual normal” — o lo que yo creía que era normal en ese momento—, lo hacía desde un lugar superficial: complaciendo más al otro que a mí, desconectada de mi energía sexual, del placer expansivo y con más preguntas que certezas.

Y lo más revelador fue darme cuenta de que no era la única: muchas personas a mi alrededor vivían lo mismo, en silencio.

Ese fue el verdadero punto de partida. Comencé a estudiar la sexualidad humana desde la sexología, y esa búsqueda me llevó a explorar caminos más integrales y profundos como el Tantra y la sexualidad somática.

Hace más de 10 años decidí dedicarme a este camino como propósito de vida.
He trabajado desde distintos enfoques: salud sexual, derechos sexuales y reproductivos, educación sexual integral, Tantra y sexualidad somática —caminos en los que sigo profundizando con curiosidad y compromiso. 

Hoy sé que el cuerpo no es un obstáculo, es la puerta. 

Que el goce no es un lujo, es medicina.
Y que cuando una se permite sentir con verdad, todo comienza a transformarse.